Hoy en día, la transformación digital es una fuerza que está cambiando las industrias e influyendo en la forma en la que las corporaciones e instituciones trabajan. Actualmente existe una línea fina entre el trabajo y el aprendizaje, ambos han comenzado a fusionarse.
La transformación digital de la formación ha aumentado la capacidad de las organizaciones para evolucionar, proporcionando soluciones de aprendizaje just-in-time.
La formación es cada vez más medible, desarrollable y orientada a objetivos. Simultáneamente, los cambios en los paradigmas de trabajo lo están haciendo, es decir, el trabajo es más virtual, espontáneo e hiperconectado. Las decisiones sobre cuándo, cómo y dónde aprenden las personas ya no pueden limitarse a un momento o lugar específico. Por lo tanto, la necesidad de adoptar la digitalización del aprendizaje se ha convertido en un factor crítico de éxito para las corporaciones.
La Transformación Digital de la Formación consiste en aplicar tecnologías innovadoras que permitan crear nuevos paradigmas en la formación corporativa y el aprendizaje continuo.
Ahora bien, la Transformación Digital del Aprendizaje va mucho más allá de la «entrega» digital de la formación. Implica un cambio de mentalidad fundamental en el enfoque con el que las organizaciones deben acometer la formación de sus colaboradores.
Los rápidos cambios que se están produciendo en la naturaleza del trabajo y la digitalización están creando desafíos para las organizaciones de, prácticamente, todas las industrias. En un mundo cada vez más globalizado, los nuevos paradigmas de trabajo, como el teletrabajo y el trabajo a distancia, han cambiado la definición tradicional de «trabajo».
Por ello, ofrecer a los empleados de una organización la posibilidad de trabajar donde tienen que estar, y no donde se les dice que estén, transforma radicalmente la percepción que tienen de la compañía en la que prestan sus servicios profesionales. Este hecho redunda en un incremento de la productividad.
Esta transformación de cuándo, dónde y cómo las personas están dispuestas a trabajar, también implica un cambio en la forma en la que las organizaciones deben definir sus modelos de formación en nuevas habilidades, que haga posible su adecuación a los nuevos modelos de desarrollo profesional. Corresponde pues, a las organizaciones apoyar a sus colaboradores en la transición a los nuevos paradigmas de aprendizaje. No hacerlo puede resultar una gran desventaja competitiva.
En los próximos años, la mayor parte de la fuerza laboral mundial estará compuesta por los Millennials, (1980 a finales de la década de 1990) y las generaciones Z, (2000 en adelante).
Estas generaciones venideras se presentan muy exigentes a la hora de plantearse por qué deben unirse a la fuerza laboral de una organización, qué les motivará a permanecer en ella, o cuales son las razones por las que decidirán abandonarla
Estudios recientes sobre estas generaciones evidencian que son más propensos a participar en juegos en línea que a interactuar con otros estudiantes o profesores en entornos presenciales.
Esperan de las organizaciones a las que se incorporan, o pretenden incorporarse, que les ofrezcan métodos de formación diferentes, métodos que:
Según los últimos datos publicados por PWC en su informe Millenials at work, “los millennials ocupan más del 50% de la fuerza laboral global. Ante esta nueva perspectiva, las empresas se han visto obligadas a adecuar sus programas formativos para que sigan aportando valor a las nuevas generaciones de empleados”.
Bajo este contexto de innovación, la gamificación se está posicionando como metodología clave, especialmente para conseguir aumentar el engagement en los procesos formativos.
Si quieres saber más de gamificación y cómo la aplicamos en GamePaths te recomendamos el artículo «Gamificación - La guía definitiva».